El próximo martes 28 de junio, bajo la organización del Área de Niñez, Adolescencia, Familia y Mujer del gobierno local, se llevará adelante en la localidad un novedoso Conversatorio sobre el libro «Sola en el Bosque», que aborda de forma metafórica la temática del Abuso Sexual Infantil (ASI) y la Violencia Familiar.

La actividad tendrá lugar en el Centro Cultural, a las 18.30 hs., y contará con la disertación de la autora de la obra literaria, la periodista y escritora Magela Demarco, y de su ilustradora, Caru Grossi. Vale destacar que el libro «Sola en el Bosque» fue declarado de interés general por la Cámara de Diputados de la Nación.

En diálogo con Villa del Rosario Net, Magela Demarco contó que «venimos dando el conversatorio en diferentes localidades del país, la semana que viene estaremos en Villa del Rosario y luego en Bovril. ‘Sola en el Bosque’ surgió porque tanto la ilustradora como yo fuimos abusadas; Caru en su adolescencia y yo en mi preadolescencia». A su vez, expresó que «a quien le pase esto deja huellas, marcas y le lleva muchísimos años volver a reponerse. En nuestros casos fueron años de terapia, asistir a talleres de sanación y autoestima, porque al pasarte algo así el amor propio y la autoestima de uno quedan muy abajo».

«También surge porque en nuestro camino nos fuimos cruzando con muchas compañeras de vida que nos contaban historias mucho peores a las nuestras, incluso muchas mujeres llegan al suicidio porque no pueden convivir con la cuestión de los recuerdos, los olores y las marcas que son muy difíciles de borrar», agregó la escritora.

Luego, señaló que «nosotras queríamos hacer algo por las infancias, porque cuanto antes esto se detecte o se pueda prevenir, menos daño causa». En ese sentido, dijo que «como la temática es compleja, nos asesoramos con psicólogas y psicólogos del Hospital Materno Infantil de Paraná. Yo les presenté el primer texto y ellos me fueron marcando palabras que eran muy fuertes para niñas y niños, así que fui modificando algunas cosas para que les sirva a éstos».

«El libro en ningún momento habla de abuso ni tiene ninguna palabra violenta, sino que es más metafórico. Aparece un lobo y al final del cuento dice ‘en mi casa había un lobo humano, me animé a contarlo y ya no está’. Muchos niños y niñas se quedan con ese lobo animal, en cambio si hay otros que pasaron o están pasando por una situación de abuso, van a tener otra interpretación», destacó Demarco.

Más adelante, la periodista sostuvo que «estamos contentas por la repercusión que está teniendo el libro, porque movilizan y van ayudando a habilitar la palabra. Nosotras salimos a poner la cara y exponer estas situaciones, porque a otras personas escuchar nuestros relatos y vivencias las ayuda a poder hablar y a formar lazos, ya que a la gente que le sucede esto se encuentra muy sola».

Consultada acerca de si suelen surgir algunas experiencias de abuso sexual o violencia familiar en los conversatorios, la entrevistada aseguró: «si, suelen surgir, aunque a veces depende de cada localidad, porque en los pueblos, que son más chicos, se conocen todos y cuesta más que las personas cuenten lo que les sucedió». Y recalcó que «lo importante es habilitar la palabra, porque son semillitas que quedan. Muchas veces se animan a contar cosas en estos conversatorios o se llevan estas charlas a las casas; y por privado, a través de redes sociales, también nos escriben para contarnos sus experiencias. Lo importante es que estas personas no se sientan solas».

En relación a cómo nació la idea de brindar estos conversatorios en el país, Magela confió que «empezamos a presentar el libro y vimos que había una necesidad de abordar este tema, que no se toca, porque en general el abuso es intrafamiliar y, si bien hay mujeres abusadoras, en un número menor, la mayoría son hombres. Esto está silenciado y sigue siendo un tema tabú, entonces es necesario que se siga hablando». Y comentó que «en muchas de las charlas asisten docentes, que son las personas que más pueden ver a los niños fuera de su contexto familiar y tal vez quienes observan cuando llegan al colegio con algún moretón o si tienen una conducta sexual no acorde a su edad. De todas formas, al ser una temática muy compleja, las o los docentes deben pedir ayuda, actuar de manera articulada y armar toda una red de contención».

En continuidad a esto último, la autora de Sola en el Bosque relató una experiencia vivida en Rosario: «una maestra les leyó el libro a sus alumnos y una niña terminó contando que estaba siendo abusada en la casa. A partir de ahí, separaron a la nena de la familia y su hermana mayor pidió la tenencia», contó.

Por otro lado, Demarco explicó que «el libro tiene una guía de actividades, chequeada por los profesionales que mencioné, para que sea más fácil para las maestras abordar esta problemática y sirvan de disparador para trabajar en el aula, porque los libros son como puentes entre los niños y los adultos».

Por último, remarcó que «en gran mayoría son mujeres las que asisten a estos conversatorios, pero esperamos que se sumen también más hombres, porque está bueno que nos empecemos a comprometer entre todas y todos, ya que no nos salvamos solos, sino en comunidad. La filosofía del individualismo, que muchas veces hay gente que aplaude, no nos lleva a ningún lado bueno».